EDITORIAL abril 2011
Nuestra vida en este mundo tiene un límite, un tiempo. La vida que nos regala Dios se desarrolla dentro de una sociedad, de una cultura, de un Credo. San Pablo en la Carta a los Corintios dice que «el amor permanece» (1 Cor 13). El escritor colombiano Gabriel García Márquez, tituló a uno de sus libros: «El amor en los tiempos del cólera». Inspirados en este título, bien podemos alegrarnos que aún con tiempos "enfermos" vemos a muchos que se esfuerzan por amar. El amor es capaz de hacer grandes sacrificios, de ofrendarse, de expresarse con un compromiso libre y responsable.
Las redes sociales, el internet, la web (red global mundial), nos ayudan a estar más y mejor informados, pero la interrogante es ¿también mejor comunicados? Y además ¿me ayuda el internet para amar a mis semejantes? Según la Asociación Mexicana de Internet 3 de cada 10 hogares tiene una computadora en su casa de los 110 millones de habitantes que somos en México, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Los lugares que mayor acceso tienen a la web en toda la República Mexicana son la Delegación Benito Juárez (México, DF) y el Municipio de San Pedro Garza García (Nuevo León). ¿Son lugares de comunicación?¿Lugares donde se viva el amor?
El Papa Benedicto XVI en la Encíclica «Dios es amor» dice: «Hemos creído en el amor de Dios: así puede expresar el cristiano la opción fundamental de su vida. No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y con ello, una orientación decisiva (...) La fe cristiana colocando el amor en el centro, ha asumido lo que era el núcleo de la fe de Israel, dándole al mismo tiempo una nueva profundidad y amplitud. En efecto, el israelita creyente reza cada día con las palabras del Libro del Deuteronomio que, como bien sabe, comprendían el núcleo de su existencia: «Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es solamente uno. Amarás al Señor con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas» (6,4-5). Jesús, haciendo de ambos un único precepto, ha unido este mandamiento del amor a Dios con el del amor al prójimo (...) Y, puesto que es Dios quien nos ha amado primero (cf. 1 Jn 4,10), ahora el amor ya no es sólo un «mandamiento», sino la respuesta al don del amor, con el cual viene a nuestro encuentro»(Dios es Amor, 1).
El Papa Benedicto XVI en la Encíclica «Dios es amor» dice: «Hemos creído en el amor de Dios: así puede expresar el cristiano la opción fundamental de su vida. No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y con ello, una orientación decisiva (...) La fe cristiana colocando el amor en el centro, ha asumido lo que era el núcleo de la fe de Israel, dándole al mismo tiempo una nueva profundidad y amplitud. En efecto, el israelita creyente reza cada día con las palabras del Libro del Deuteronomio que, como bien sabe, comprendían el núcleo de su existencia: «Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es solamente uno. Amarás al Señor con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas» (6,4-5). Jesús, haciendo de ambos un único precepto, ha unido este mandamiento del amor a Dios con el del amor al prójimo (...) Y, puesto que es Dios quien nos ha amado primero (cf. 1 Jn 4,10), ahora el amor ya no es sólo un «mandamiento», sino la respuesta al don del amor, con el cual viene a nuestro encuentro»(Dios es Amor, 1).
Una invitación en esta Semana Santa para comunicarnos mejor en familia mediante el diálogo, para amarnos mejor con palabras y obras. ¿Podremos amar en los tiempos del web? Envíanos un e-mail o llámanos: Tel. (868) 813-5511 mensajero@diocesisdematamoros.org
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