Salvador Hernández
“¿Has leído alguna vez la Biblia?” me preguntó. “Alguna vez…”, respondí y me dio una larga explicación sobre el Argamenón, sobre el fin del mundo…y que sólo me salvaría si seguí las enseñanzas de los setenta ancianos que guían a los auténticos Testigos de Jehová. Yo le oía pensando: este hombre fue alguna vez católico, ¿conocía entonces la Biblia en la misma cantidad, al menos que en su actual secta? Pero hay más.
¿Cómo es posible sacar a la Biblia tantas conclusiones erróneas como las que este señor me dio en tan solo 10 minutos? ¿Qué fuerza recibe de la palabra de Dios, aunque sea mal interpretada, que le hace predicarla en cualquier oportunidad?
La Biblia es un regalo de Dios para mejorar nos como Cristianos pero podemos utilizarla mal. Necesitamos leer la Biblia e interpretarla correctamente para conocer mejor lo que Dios piensa sobre nosotros, sobre nuestras vidas y sobre Él mismo.
Los siguientes boletines presentarán algunas bases necesarias para leer la Biblia desde la distancia correcta. Porque es un libro muy distante a nosotros: en el tiempo, en la cultura, en la mentalidad, en los avances o retrocesos científicos, etc. Un completo estudio Bíblico debe hacerse desde estos cuatro aspectos:
1. Aspecto histórico: conocer la vida que rodeo la vida del escritor bíblico para comprender por qué escribió esas palabras y el verdadero sentido de sus enseñanzas.
2. Aspecto literario: conocer el estilo en que escribía cada autor, para no cambiarle es estilo a sus escritos.
3. Aspectos teológicos: conocer los mensajes de la Biblia con claridad y precisión. Es decir, conocer los principios y las normas fijas que Dios nos quiere enseñar con sus palabras, aunque las aplicaciones sean variadas según el pasar de los tiempos.
4. Aspecto espiritual: conocer lo que Dios propone personalmente a cada uno de nosotros para ser mejores cristianos. Es quizá el aspecto que más nos interesa a cada uno. Pero necesitamos de aspectos anteriores porque si no tomamos en cuenta todos los aspectos acabaremos sacando conclusiones equivocadas.
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