Redacción
"Desde el cielo una hermosa mañana...la Guadalupana, bajó al Tepeyac" Esta es una frase de un canto que seguramente el Sr. Obispo Rendón Leal y cientos de feligreses entonarán el domingo 5 de agosto del 2012 por la mañana antes de ingresar a la Basílica de N. Sra. de Guadalupe.
Peregrinos de toda la Diócesis acudirán a la peregrinación anual que ésta Diócesis de Matamoros realiza, uniéndose a las hermanas Diócesis del Estado de Tamaulipas, para juntas como signo de unidad compartir la Santa Misa y elevar las oraciones a Dios, por intercesión de la Virgen de Guadalupe, por aquellas necesidades apremiantes, entre las que destacan, orar por la justicia, la paz, la responsabilidad social, la ética en las instituciones y más.
También es oportunidad de dar gracias a Dios por las bendiciones, como el tener sentido de fe, esperanza y caridad mediante las acciones concretas que la Iglesia realiza: catequesis, albergues, comedores para indigentes, fortalecimiento de valores en familia, defensa de los desvalidos, apoyo a la mujer, entre otras acciones.
La oración une, fortalece para el caminar diario, para tejer espacios, ideas y acciones conjuntas en favor de nuestras comunidades. Cada día como un desafío para no rendirse en aquello que puede beneficiar a los demás. Aprender a crecer en un sentido crítico, de propuestas reales y del involucramiento que podamos realizar en favor de nuestra comunidad.
No se puede sólo rezar y ser egoístas, necesitamos trabajar y aprender a comprendernos más y mejor. Colaborar en construir el Reino de Dios implica cargar la cruz, nada es fácil.
Ojalá esta peregrinación avive en los peregrinos un sentido misionero de compartir la fe y la vida en sus parroquias y comunidades, y no se quede en un "paseo de vacaciones a la Villa", sino que vengan inspirados para ser mejores en el día a día. Y quienes no vayamos, seamos solidarios para unirnos en oración y acción, pues la vida es como un instante fugaz, que se necesita vivir con responsabilidad para dejar no sólo huella, sino un granito en la construcción de un mundo mejor.
Sigamos cantando: "Desde el cielo una hermosa mañana...la Guadalupana, bajó al Tepeyac". Y que Dios bendiga nuestro Estado de Tamaulipas.
"Desde el cielo una hermosa mañana...la Guadalupana, bajó al Tepeyac" Esta es una frase de un canto que seguramente el Sr. Obispo Rendón Leal y cientos de feligreses entonarán el domingo 5 de agosto del 2012 por la mañana antes de ingresar a la Basílica de N. Sra. de Guadalupe.
Peregrinos de toda la Diócesis acudirán a la peregrinación anual que ésta Diócesis de Matamoros realiza, uniéndose a las hermanas Diócesis del Estado de Tamaulipas, para juntas como signo de unidad compartir la Santa Misa y elevar las oraciones a Dios, por intercesión de la Virgen de Guadalupe, por aquellas necesidades apremiantes, entre las que destacan, orar por la justicia, la paz, la responsabilidad social, la ética en las instituciones y más.
También es oportunidad de dar gracias a Dios por las bendiciones, como el tener sentido de fe, esperanza y caridad mediante las acciones concretas que la Iglesia realiza: catequesis, albergues, comedores para indigentes, fortalecimiento de valores en familia, defensa de los desvalidos, apoyo a la mujer, entre otras acciones.
La oración une, fortalece para el caminar diario, para tejer espacios, ideas y acciones conjuntas en favor de nuestras comunidades. Cada día como un desafío para no rendirse en aquello que puede beneficiar a los demás. Aprender a crecer en un sentido crítico, de propuestas reales y del involucramiento que podamos realizar en favor de nuestra comunidad.
No se puede sólo rezar y ser egoístas, necesitamos trabajar y aprender a comprendernos más y mejor. Colaborar en construir el Reino de Dios implica cargar la cruz, nada es fácil.
Ojalá esta peregrinación avive en los peregrinos un sentido misionero de compartir la fe y la vida en sus parroquias y comunidades, y no se quede en un "paseo de vacaciones a la Villa", sino que vengan inspirados para ser mejores en el día a día. Y quienes no vayamos, seamos solidarios para unirnos en oración y acción, pues la vida es como un instante fugaz, que se necesita vivir con responsabilidad para dejar no sólo huella, sino un granito en la construcción de un mundo mejor.
Sigamos cantando: "Desde el cielo una hermosa mañana...la Guadalupana, bajó al Tepeyac". Y que Dios bendiga nuestro Estado de Tamaulipas.
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