Sem. Francisco Javier Fernández Jasso
Muchas de las veces los coros se forman con la buena intención de brindar el servicio a la comunidad en la Santa Misa y cantan con todo el corazón, sin embargo, por lo regular se enfrentan a un problema: la elección de los cantos. ¿Cómo podemos saber qué cantos seleccionar?¿Qué criterios seguir para realizar un esquema de cantos que responda a las necesidades de cada tiempo litúrgico?
Un primer criterio para seleccionar un canto es que, el canto proclame y anuncie la fe de la Iglesia. Hay que comprender que no todo canto sirve para favorecer la experiencia religiosa ni mucho menos para expresar la fe común. Hay cantos que tienen un lenguaje inapropiado o están fuera de contexto.
Algunas veces se introducen cantos con el único y casi exclusivo afán de entretener a los fieles dentro de la celebración. La pregunta que deberíamos hacernos seriamente es, si esos cantos nos ayudan a expresar la fe común y a crecer en nuestra formación espiritual. En algunas ocasiones, tampoco se distingue entre la música para cantar dentro de la misa y la música para cantar la fe en otro lado. Cabe destacar, que en ocasiones hay coros que eligen cantos porque son muy tristes y quieren llegar al sentimiento solamente de la persona sin trascender. Es necesario desterrar, más por convencimiento que por imposición, aquellos cantos que estorban la vivencia de la fe de la Iglesia; cantos que distorsionan y sobretodo distraen. Otro criterio es que la primacía hay que darla al texto, porque los textos contienen esas expresiones de la fe; pero también hay que procurar que la música nos ayude o nos lleve a un encuentro con Dios. Por tanto, el canto litúrgico nos ha de llevar a cantar y expresar la fe en su texto y también en su melodía. El Papa San Pío X, al respecto decía: "No cantéis en la Misa, cantad la Misa".
Los cantos deben contener en su letra un sentido sagrado, por lo tanto, hay que ir quitando aquellos cantos que nos recuerden melodías de cantos populares. Es también necesario, elegir cantos de acuerdo a lo que al hombre le ayude a adquirir y vivir una actitud religiosa ante Dios; expresar su fe, recibir la Palabra de Dios, dar gracias, rendir alabanza, expresar arrepentimiento, confianza, súplica, etc. Hay que ir quitando cantos que desconcentran o molestan en su letra, música o ejecución. Por otra parte, la calidad musical y una buena expresión literaria basada en los textos litúrgicos, es necesaria como criterio para selección de cantos. Ya que la música tiene que ser bella y sencilla al alcance de todos, porque los cantos deben ser cantados también por la asamblea. Las celebraciones litúrgicas son celebraciones de la Iglesia, y todos somos invitados a rendir este culto público a Dios nuestro Señor de la forma más bella posible. Si el repertorio de cantos es el adecuado, el coro estará conduciendo así, a la asamblea a una vivencia más cercana con el misterio que celebramos. Dudas o preguntas: pacojasso@hotmail.com
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