Pbro. José María Hernández
Sacerdote de nuestra Diócesis y estudiante de Filosofía en la Pontificia Universidad Gregoriana en Roma y del Pontificio Colegio Pio Latinoamericano.
Hasta este Colegio, el Pontificio Colegio Pio Latinoamericano llegamos año con año un centenar de sacerdotes para estudiar, tal como lo quiso el obispo chileno José Ignacio Eyzaguirre, quien en 1858 -y bajo la aceptación del Papa Pío Nono- fundó el Colegio.
En sus inicios recibía a seminaristas y hoy acoge a sacerdotes que llegan para cursar estudios a nivel de licenciatura, doctorado y de posgrado. Con la dirección confiada a los jesuitas, en este recinto convivimos casi un centenar de sacerdotes que conformamos "una fraternidad latinoamericana en Roma", tal como aseguró ex-rector del colegio, padre José Adolfo González.
Del Colegio Pío Latinoamericano de Roma han egresado más de 4000 alumnos, 400 obispos y 32 cardenales. Hoy, buscan formar sacerdotes que puedan ayudar en nuestro continente en los desafíos del encuentro del mudo spiritual y material.
Nosotros, hoy alumnos del Colegio Pío Latinoamericano, somos herederos de este rico patrimonio humano y espiritual, que hay que perpetuar y enriquecer con un serio cultivo de las distintas disciplinas eclesiásticas y con la vivencia gozosa de la universalidad de la Iglesia. Aquí, en esta ciudad romana, los apóstoles Pedro y Pablo proclamaron con audacia el Evangelio y pusieron fundamentos sólidos para propagarlo por todo el mundo, en cumplimiento del mandato del Maestro: "Vayan, pues, y hagan discípulos a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he encomendado a ustedes. Y sepan que yo estoy con ustedes todos los días hasta el final de los tiempos" (Mt 28, 19-20).
Nosotros mismos somos fruto de esa siembra del mensaje redentor de Cristo a lo largo de la historia. En efecto, provinimos de diversos países, en los que, hace más de quinientos años, unos misioneros dieron a conocer a Jesús.
En Roma, junto a la Cátedra de Pedro, tenemos una oportunidad privilegiada de forjar el corazón de verdaderos apóstoles, en los que todo nuestro ser y quehacer esté anclado en el Señor, que ha de ser siempre cimiento, brújula y meta de nuestros esfuerzos. Además, el Colegio nos permite compartir fraternalmente la experiencia humana y sacerdotal y nos ofrece un ambiente favorable para tener conocimiento de otras culturas y expresiones eclesiales. Esto nos ayudará a ser auténticos discípulos de Jesucristo e intrépidos misioneros de su Palabra.
Nuestros Obispos nos han enviado al Pontificio Colegio Pío Latinoamericano para llenarnos de la sabiduría de Cristo, de forma que, al regresar nuestras diócesis, podamos poner este tesoro a disposición de los demás en los diversos encargos que nos sean confiados. Esto requiere aprovechar bien el tiempo de nuestra estancia en Roma. La constancia en el estudio y la investigación rigurosa, además de hacernos indagar en los misterios de la fe y en la verdad sobre el hombre a la luz del Evangelio y de la tradición de la Iglesia, fomentará en nosotros una vida espiritual arraigada en la Palabra de Dios y siempre alimentada por la riqueza incomparable de los sacramentos.
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