Andrés Beltramo
Juan Pablo II era el “Papa mexicano”. Así lo consideraban los católicos de aquel pueblo, así se sentía el mismo Karol Wojtyla. Durante su pontificado visitó en cinco ocasiones la tierra de la Virgen de Guadalupe y ahora, tres meses después de su beatificación, volverá a ese país gracias a un permiso especial del Vaticano.
El próximo 17 de agosto llegará a la Ciudad de México una ampolleta con la sangre del beato para iniciar una maratónica gira que se extenderá hasta el 15 de diciembre y recorrerá 93 ciudades. De norte a sur, un itinerario intenso que servirá para revitalizar la presencia católica en un país que sufre por la violencia y el narcotráfico.
Un detalle destacable es que la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos aprobó extender su permiso de veneración al beato Juan Pablo II en territorio mexicano, además de Polonia e Italia donde su memoria litúrgica es libre. Importante porque no en todo el mundo se puede, por ejemplo, celebrar misas con las oraciones propias del beato. Hasta ahora sólo en esas dos naciones estaba permitido según la normatividad eclesiástica.
La peregrinación de las reliquias comenzará el próximo 25 de agosto en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe. Antes estará resguardada en la nunciatura apostólica, donde el Papa se hospedó cada vez que visitó la capital mexicana. Su recorrido durará cuatro meses e incluirá ciudades como Puebla, Cancún, Veracruz, Tabasco, Campeche, Oaxaca, Acapulco, Morelia, Guadalajara, Durango, Chihuahua, Monterrey, León, Querétaro, Cuernavaca y Matamoros.
En la última asamblea plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano los obispos votaron por unanimidad solicitar al Vaticano el permiso para obtener las reliquias, catalogadas de primer grado porque consisten en una cápsula sangre del beato.
El líquido fue extraído al Papa poco antes de su muerte en 2005 por médicos del hospital “Niño Jesús” de Roma, ante una eventual transfusión sanguínea en momentos en que su salud era delicada. Tras su fallecimiento las ampolletas (tres en total) fueron conservadas por las religiosas de ese nosocomio hasta que Benedicto XVI aprobó su beatificación.
Uno de esos frascos fue presentado durante la ceremonia en la cual Wojtyla fue inscrito en el elenco de los beatos de la Iglesia católica, el pasado 1 de mayo en la Plaza de San Pedro del Vaticano. En México la sangre del pontífice se expondrá a la veneración pública en un sarcófago especial y junto a una figura de cera del “Peregrino de la Paz”, revestida con los distintivos pontificios.
http://www.diocesisdematamoros.org/index.php?option=com_content&view=article&id=1023:reliquias-del-beato-juan-pablo-ii-llegaran-a-mexico&catid=33:noticias&Itemid=53
Juan Pablo II era el “Papa mexicano”. Así lo consideraban los católicos de aquel pueblo, así se sentía el mismo Karol Wojtyla. Durante su pontificado visitó en cinco ocasiones la tierra de la Virgen de Guadalupe y ahora, tres meses después de su beatificación, volverá a ese país gracias a un permiso especial del Vaticano.
El próximo 17 de agosto llegará a la Ciudad de México una ampolleta con la sangre del beato para iniciar una maratónica gira que se extenderá hasta el 15 de diciembre y recorrerá 93 ciudades. De norte a sur, un itinerario intenso que servirá para revitalizar la presencia católica en un país que sufre por la violencia y el narcotráfico.
Un detalle destacable es que la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos aprobó extender su permiso de veneración al beato Juan Pablo II en territorio mexicano, además de Polonia e Italia donde su memoria litúrgica es libre. Importante porque no en todo el mundo se puede, por ejemplo, celebrar misas con las oraciones propias del beato. Hasta ahora sólo en esas dos naciones estaba permitido según la normatividad eclesiástica.
La peregrinación de las reliquias comenzará el próximo 25 de agosto en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe. Antes estará resguardada en la nunciatura apostólica, donde el Papa se hospedó cada vez que visitó la capital mexicana. Su recorrido durará cuatro meses e incluirá ciudades como Puebla, Cancún, Veracruz, Tabasco, Campeche, Oaxaca, Acapulco, Morelia, Guadalajara, Durango, Chihuahua, Monterrey, León, Querétaro, Cuernavaca y Matamoros.
En la última asamblea plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano los obispos votaron por unanimidad solicitar al Vaticano el permiso para obtener las reliquias, catalogadas de primer grado porque consisten en una cápsula sangre del beato.
El líquido fue extraído al Papa poco antes de su muerte en 2005 por médicos del hospital “Niño Jesús” de Roma, ante una eventual transfusión sanguínea en momentos en que su salud era delicada. Tras su fallecimiento las ampolletas (tres en total) fueron conservadas por las religiosas de ese nosocomio hasta que Benedicto XVI aprobó su beatificación.
Uno de esos frascos fue presentado durante la ceremonia en la cual Wojtyla fue inscrito en el elenco de los beatos de la Iglesia católica, el pasado 1 de mayo en la Plaza de San Pedro del Vaticano. En México la sangre del pontífice se expondrá a la veneración pública en un sarcófago especial y junto a una figura de cera del “Peregrino de la Paz”, revestida con los distintivos pontificios.
http://www.diocesisdematamoros.org/index.php?option=com_content&view=article&id=1023:reliquias-del-beato-juan-pablo-ii-llegaran-a-mexico&catid=33:noticias&Itemid=53
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